miércoles, 22 de enero de 2014

SEVILLA SALOMÓNICA (3: LA ESTRELLA QUE FUE SELLO DE PAZ)

La parroquia de San Isidoro es una de las que se fundaron inmediatamente después de la conquista de Fernando III, aunque la iglesia actual se construyó a mediados del siglo XIV en estilo gótico-mudéjar, con importantes reformas posteriores a finales del siglo XVI o principios del XVII. Tiene tres puertas, de las cuales es la más monumental la del lado de la Epístola. En ella, encuadrando la portada de ojiva gótica, una moldura triangular a modo de frontón presenta una estrella salomónica en su vértice.

Salomón convirtió en su sello la Estrella de David que, con sus dos triángulos equiláteros superpuestos para formar un hexagrama regular, es desde entonces símbolo del judaísmo, pero que, con una fuerte carga esotérica universalista, es también icono cabalístico y emblema teosófico relacionado con el potencial espiritual del individuo 1. Es signo de orientación, de esperanza, de unidad y conjunción –“yo soy de mi amado y mi amado es mío”– 2, de equilibrio, de fuerza en movimiento y de sabiduría, como expresión de la piedra filosofal de los alquimistas y del propósito de la Gran Obra 3, Y, sobre todo, es sello de paz, sintetizando el sentido sabio y prudente de la misión de Salomón, cuyo nombre deriva de la voz shalom, que se traduce literalmente como paz.

Según la leyenda, Hiram Abí, el arquitecto del Templo de Salomón, otorgó una contraseña a cada especialidad artesanal y a cada rango, que era solo conocida por los artesanos perfectos. Y tres compañeros que no habían alcanzado la perfección, furiosos, mataron al arquitecto.

En el siglo XIII se produjo la aparición de ritos y asociaciones diferentes, identificándose cada una con un determinado “deber” o regla. Uno de estos deberes era el de los Hijos de Salomón, corporación compañeril cuyos integrantes eran llamados “los perros”, pero que, sin embargo, contaba con la protección de los templarios y de los monjes cistercienses, los padres del estilo gótico.

Cada corporación dejaba en sus obras su signo, que la identificaba y que venía a ser la muestra de su vocación y de su misión constructora. Y el Sello de Salomón, conocido también en el medievo como “Estrella de los Magos”, fue el empleado por los Hijos de Salomón, que intervinieron sobre todo en el Camino de Santiago y en enclaves de fuerte asentamiento de la Orden del Temple, marcando con este sello de paz numerosas iglesias, y catedrales como las de Burgos, Valencia o Palma de Mallorca 4.

¿Tuvo algo que ver este grupo con la construcción de la hispalense iglesia gótico-mudéjar de San Isidoro?

En la nave del Evangelio de este templo sevillano se nos muestra la capilla de enterramiento de la familia Maestre, presidida por el Cristo de la Sangre, una imagen gótica del segundo cuarto del siglo XIV. Clavado con tres clavos a la cruz de gajos, arbórea y nudosa, es un crucificado de expresión triste y abatida y cuerpo arqueado por los estertores de la agonía 5.emparentado con el Cristo de San Agustín y con el Cristo del Millón de la Catedral, así como con los pintados en las Cantigas 109, 113 y 190 de Alfonso X el Sabio 6.

La advocación surgió a raíz de la matanza de judíos que tuvo lugar en Sevilla en 1391, tras las predicaciones del arcediano de Écija, Ferrán Martínez, en un sangriento episodio de la historia de nuestra ciudad, cuando las turbas incontroladas asaltaron la judería, en lo que hoy calificaríamos como un caso de limpieza étnica, con una pretendida justificación religiosa. Las autoridades no pudieron impedirlo, aunque, al ser los judíos como una propiedad personal de los reyes de Castilla, existía legislación que prohibía atentar contra ellos 7. Dice la leyenda que, en ese momento desgraciado y horrible, brotó sangre de las llagas del Cristo, hasta entonces conocido como “de los Maestres”.

Quedémonos con el mensaje de paz. No parece casual el hecho de que su sello salomónico de la parroquia sevillana de San Isidoro 8, levantada en el punto más alto y más antiguo de la capital hispalense, esté precisamente en la fachada orientada a la judería. Ello nos lleva necesariamente a hacer en la próxima entrega un breve recorrido histórico por la Sevilla hebraica. Sin ello, no podría concebirse una Sevilla salomónica.



1. Cirlot, Juan Eduardo. Diccionario de símbolos
2. Cantar de los Cantares, 6:3
3. Julien, Nadia. Dictionnaire des simboles
4. Alarcón Herrera. Rafael. La última Virgen Negra del Temple. En el Pirineo predomina el crismón, en Galicia el Agnus Dei, en el País Vasco el monograma IHS, símbolos de otras tantas hermandades de constructores, colocados en los tímpanos o en las claves de bóvedas o de arcos.
5. Hernández Díaz, José. Crucificados Medievales Sevillanos
6. Alfonso X el Sabio. Cantigas de Santa María. También aparece esta iconografía cristífera en la General Estoria del mismo rey autor
7. López Alfonso, Jesús. El Cristo de la Sangre de la Parroquia de San Isidoro de Sevilla y el origen de su advocación
8. Entre los vecinos de la collación de San Isidoro se cuentan figuras tan ilustres como Miguel de Cervantes o Bartolomé Esteban Murillo.


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